martes, 10 de junio de 2014

"Yo solía pensar que era la única persona más extraña en el mundo,
pero luego pensé, tiene que haber alguien como yo,
que se sienta bizarra y dañada,
de la misma forma  que yo me siento.
Me la imagino,
e imagino que ella también debe de estar por ahí pensando en mí.
 Bueno, yo espero que si tu estas por ahí y lees esto sepas que, sí,
 yo estoy aquí, soy tan extraña como tú"

- Frida Kahlo-

sábado, 7 de junio de 2014

~ Más allá de las nubes ~

Llegada la noche comenzó a sentir sueño y el cuerpo pesado, el cansancio llegaba de nueva cuenta, sin saber como o en qué momento, se encontraba ya, envuelta en su frazada azul con cuadros blancos, regalo recibido el día de su cumpleaños, colocó sus lentes en la mesita de madera cerca de su cama, esperando sucediera algo en los próximos segundos.
El sueño se manifestaba cada vez más y conforme avanzaban los minutos poco a poco iba cerrando sus ojos, mientras una cálida sensación de alivio le recorría el cuerpo, seguida de una tranquilidad propia de una noche sin estrellas.
Ella sonrió con los ojos cerrados, tal vez  por sentir que al dormir, podía realizar en suis sueños todo lo que ella quería, le encantaban esos momentos de silencio y quietud, amaba la calma porque cuando nadie hablaba su pensamiento gritaba.
Entró en su pequeño mundo alejado de la realidad, encontrándose en una pradera, sola, siendo acariciada ave y refrescante brisa. Mientras observaba el cielo, contemplaba las nube, una ligera lágrima rodó por su mejilla, tuvo celos de la pequeña nube que era movida por el viento, su deseo fue tan grande, que sintió como su cuerpo iba cambiando rápidamente, ¡ella tenía alas!, ¡era un ave!, ¿a donde iría?, qué importaba!, el cielo no tenía límites y ahora podía ser libre, libre de las personas que dijeron que no podía. Esa pequeña ave voló lo más alto que pudo, contemplando la belleza de su alrededor, viendo el paisaje que en su vida había visto.
Más su gusto no duró lo suficiente, pronto se dio cuenta que no era real, era un sueño que fue acabando lentamente, luchó por no despertar, pero era demasiado tarde, estaba regresando al mundo que pertenecía, no, regresó a la realidad que la reclamaba. Poco a poco abrió los ojos y se dio cuenta que estaba sola, encerrada dentro de cuatro paredes, tan frías como lo estaba la mañana, trató de salir de la cama, pero sus piernas no le respondieron, hace tiempo que no lo hacían, limitada a una silla de ruedas viviría un nuevo día, contemplando el cielo y esperando la llegada de la noche oscura en la que pueda volver a soñar.
Con el paso del tiempo se cansa de la misma rutina, soñar y despertar, despertar de un sueño que solo la ilusiona.
Una noche, sentada bajo el árbol cerca del acantilado, observaba las estrellas, justo ahí, en su lugar favorito, alejada de las personas, sintiendo la brisa marina acariciar su piel y escuchando el susurrar del mar, su pequeña y frágil vida llegó a su fin, no era una muerte, solo un sueño eterno del que esta vez no despertaría.
De esa forma, en brazos del eterno morfeo, disfrutaría del inmenso cielo azul, contemplando las imágenes más exquisitas, aquellas que en su vida habían sido negadas, ella volaría tan alto, llegando ... mas allá de las nubes.

Autores:
Karina Santiago R. en colaboración con Ramsés Jesús Orea Hernández.

Gracias por leer :)